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Patrimonio

IGLESIA DE SAN PEDRO APÓSTOL

La iglesia de San Pedro Apóstol en Torremocha de Jarama es uno de los pocos ejemplos de románico en la región.

Además, las decoraciones pictóricas del interior de la iglesia de estilo gótico internacional (s.XV) son únicas en la Comunidad de Madrid. Aunque la documentación sobre la iglesia de Torremocha desapareció durante Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, se han establecido hipótesis gracias al análisis y estudio del edificio.

El templo es fruto de varias etapas constructivas. El presbiterio y parte de la nave se podrían fechar hacia finales del s.XII o primera mitad del s.XIII. La sacristía y el resto del edificio, excepto la torre, se han fechado en el tercer cuarto del s.XVI.

El presbiterio se decoró a mediados del s.XV con pinturas murales enmarcadas en el estilo gótico internacional, realizadas con la técnica del mezzo fresco con retoques en seco.

Estas pinturas son el único ejemplo de este estilo identificado, hasta la fecha, en la región.

En el s.XVI se amplió el edificio para poder albergar el diezmo o pago en especies. Estos almacenes se adosaron al templo. También se construyeron una galería porticada y una portada de cantería para la sacristía, cuya estancia se decoró.

Durante la guerra Civil el edificio sufrió daños y perdió su patrimonio mueble, así como los retablos. Una restauración en 1950 saneó los deterioros y añadió un tercer cuerpo a la torre para hacerla más esbelta.

Entre 1987 y 1992, la Comunidad de Madrid realizó importantes obras en la iglesia para devolverle su configuración original, liberando la galería renacentista, suprimiendo el coro, la sacristía del presbiterio y el falso remate de la torre, entre otros.

En la actualidad, este templo está declarado como Bien de Interés Patrimonial.

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El canal de cabarrús

A partir de mediados del siglo XVIII con el Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, la política hidráulica adquirió un importante impulso. Las infraestructuras posibilitaron los traslados de material con menores costes, la instalación de molinos y batanes, así como la implantación de sistemas de regadío que permitieron aumentar la rentabilidad de las tierras de cultivo.

El objetivo era doble: la construcción de un canal de navegación y de un canal de riego para la Vega que incrementase la rentabilidad de los terrenos. Sin embargo, los problemas técnicos hicieron inviable la navegación e incluso un abastecimiento suficiente de agua para las huertas, por lo que nunca fue rentable.